“Es la oportunidad de ser esos instrumentos que Dios y la Mater necesitan para llegar a todos los corazones. Es una semana de entrega, alegría, confianza sin límite, nos olvidamos de nosotros mismos y nos ponemos a disposición de Dios en todo momento. Una semana en la que la oración y las ganas de entrega convierte el grupo de misione- ros en una pequeña familia de María.”